Quiero comenzar mis palabras con una sincera, afectuosa y entusiasta felicitación a Cooperativas Agroalimentarias de España porque celebra su XXV Aniversario y porque vuelve a convocar esta gran cita ─su congreso de cada cuatro años─, en esta VII edición bajo el lema “Razones de Futuro”; un lema que expresa toda una declaración de principios sobre la voluntad de las cooperativas de avanzar como fórmula económica y social con creciente proyección de futuro.
Como razón de fondo se encuentra, sin duda, el gran reto global que supone alimentar a la Humanidad, desde la sostenibilidad.
Pero, antes de compartir con vosotros unas breves reflexiones sobre las materias que nos han traído aquí, deseo transmitiros la alegría que supone para mí volver a esta querida Comunidad Valenciana; verdadero ejemplo de tierra emprendedora, dinámica y solidaria con el conjunto de España. Esta tierra constituye, sin duda, un marco más que idóneo para hablar y trabajar sobre cooperativismo.
Y aprovecho esta oportunidad también para subrayar, precisamente, el compromiso y el aprecio de la Corona con el mundo de las cooperativas y todo lo que ellas representan. A lo largo de los años he podido conocer de cerca este sector, laborioso, eficiente y eficaz, con visión de futuro, que es muestra de muchas de las mejores cualidades del campo español, no solo de sus productos sino, sobre todo, de su extraordinaria gente, tenaz y trabajadora, gente de valores, gente valiosa.
Si, como bien apuntáis, el cooperativismo representa una tendencia que se proyecta hacia adelante con buenas expectativas, lo cierto es que cuenta también con una historia de más de siglo y medio que, además, tiene orígenes mucho más lejanos. Orígenes que, en el caso de nuestro país, hunden sus raíces, según diversos autores, en las Edades Media y Moderna, y precisamente aquí, en tierras valencianas.
El cooperativismo se fundamenta en sólidos valores como la responsabilidad, la democracia, la igualdad, la equidad y la solidaridad. Los socios cooperativistas hacéis vuestros los principios éticos de la honestidad, la transparencia y la vocación social. Tenéis en cuenta pautas de participación económica de los socios, de autonomía e independencia, de educación, formación e información, de cooperación y de interés por la comunidad.
debemos abordar los problemas de nuestras cooperativas ayudando a impulsar un modelo cooperativo empresarial profesionalizado, generador de valor y con dimensión suficiente para producir y comercializar a escala global
Hoy es una realidad contrastable que la fórmula cooperativa tiene plena vigencia en todos los continentes y en todos los países. Las cooperativas se han desarrollado y ha aparecido una nueva generación decidida a aprovechar las oportunidades del mercado global. En las dos últimas décadas la cuota de mercado ha aumentado en la mayoría de sectores y naciones, y, en el ámbito de la Unión Europea, se ha demostrado que las cooperativas agroalimentarias desempeñan un papel muy relevante a la hora de ayudar a los agricultores a obtener una mayor cuota del valor añadido en la cadena alimentaria. El cooperativismo alimentario es, en suma, un modelo empresarial moderno y potente, necesario para el reequilibrio de la cadena agroalimentaria.
En España, las cooperativas tienen una notoria presencia y actividad desde hace más de un siglo y han conseguido una fuerza importante tanto en el número de socios, como de cooperativas, empleo directo y facturación. La facturación en concreto, que es creciente, significa el 60% del valor de la producción final agraria y el 30% del valor de la producción bruta de la industria alimentaria española.
Nuestras cooperativas están presentes en todo el territorio nacional y en todos los sectores, principalmente en los de frutas y hortalizas, aceite de oliva, vino, cultivos herbáceos, suministros y alimentación animal. Y su orientación, de acuerdo con la tendencia de los tiempos y con la mejor adaptación a la economía internacional, es, cada vez más, de signo exportador.
Sin duda, el cooperativismo español tiene fortalezas muy importantes derivadas de su carácter social y de su implantación territorial. Se puede afirmar que, aquí como en tantos ámbitos, que la unión hace la fuerza. Nuestras cooperativas han desarrollado un Plan Estratégico que se ha basado en cuatro ejes de actuación: redimensionamiento, mejora de la competitividad y orientación al mercado, mentalización empresarial y comunicación. Se ha avanzado mucho, pero quedan importantes retos pendientes: como ganar en dimensión, mejorar en la gobernanza cooperativa y en la formación de los recursos humanos, y en comunicación.
En este Congreso habéis abordado cuestiones que afectarán al mundo cooperativo de los próximos años. Y lo habéis hecho de un modo práctico, subrayando asimismo la importancia del emprendimiento y el liderazgo de la mujer en las cooperativas, aspecto esencial para que tengan plena vigencia los valores y principios que os distinguen.
Ahora, debemos abordar los problemas de nuestras cooperativas ayudando a impulsar un modelo cooperativo empresarial profesionalizado, generador de valor y con dimensión suficiente para producir y comercializar a escala global. Se trata de favorecer una estructura cooperativa capaz de crear empleo y de generar economías de escala, facilitando así la innovación y la internacionalización.
Las cooperativas tienen su fortaleza en su propia esencia y disponen de las herramientas necesarias para superar sus desafíos y debilidades, y para desarrollar todo su potencial. El futuro de una parte significativa del sistema agroalimentario español está en sus manos. Ganar dimensión, mejorar su capacidad organizativa y fortalecer la unidad permitirá a nuestras cooperativas abordar con éxito los distintos retos, tanto de índole comercial como de seguridad alimentaria.
Y termino ya, con mi sincero deseo de que el cooperativismo español continúe escribiendo páginas de éxito que alarguen su gran historia de contribución al progreso y bienestar de los españoles. Es un honor para mí declarar clausurado el VII Congreso de Cooperativismo Agroalimentario.
Muchas gracias.